– ¿Con qué cámara capturas los momentos?

– Depende del proyecto, pero lo que más uso es una Fujifilm X-Pro2. A veces uso una Leica de película, depende de cada encargo, hago colecciones para galerías y muchas veces prefieren que sea de película. Si voy a Cuba prefiero con película, pero el 90% lo hago con la Fuji.

– ¿Qué es lo que nunca falta en tu mochila?

– Te diría que protector labial, se me secan los labios enseguida. Tengo como 30.000, siempre los pierdo… por eso llevo uno ahí.

– ¿Cuál sería la estación perfecta para fotografiar?

– Creo que hay unos momentos clave en el año en los lugares muy turísticos, porque si vas al Sáhara en verano te mueres, pero si te vas en septiembre o finales de agosto hace calor pero deja de ser terrible. Intentaría buscar momentos entre temporadas. A Nepal no hace falta ir en agosto porque es la época monzón y en noviembre o diciembre está lleno de gente, pero en marzo puede estar bien porque la gente empieza a irse, aun no ha empezado la siguiente temporada… buscaría momentos entre temporadas. Todo es más barato y más interesante.

– ¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando?

– Lo que siempre le digo a la gente es que intente fotografiar cosas que le incomoden un poco, porque si estás incómodo haciéndolo es porque te parece o más interesante o más complicado, y eso se nota en el resultado. Si te da reparo ir a un país musulmán tienes que ir, porque vas con una frescura que no tiene el que ya ha ido muchas veces. Ve cuando haya un poco de calor, experimenta lo extremo de los lugares. ¿Qué te interesa? Muchas veces no nos hacemos esta pregunta como fotógrafos, como autores. Al menos el tipo de fotografía que hago yo es porque quiero explicar algo. Generalmente, las cosas que te dan un poco de miedo o de reparo es porque te interesan, sino no te causaría esa sensación. Si te interesa lo haces personal, y ahí es cuando ya es tuyo y empiezas a tener tu propia visión.

– ¿Qué lugar te ha planteado más problemas a la hora de fotografiarlo?

– Problemas de seguridad nunca he tenido, pero algo que suele hacer gracia es cuando le explico a la gente que cuando más problemas he tenido para hacer algo interesante es en los sitios más fotogénicos del mundo. La Habana, por ejemplo. Hacer algo personal allí es muy complicado, primero porque está muy fotografiado y segundo es porque es tan visual que es muy fácil caer en los clichés. Al final tenemos todos una cultura visual y todos estos sitios que son tan fotogénicos plantean problemas. No vas a hacer un ángulo nuevo en el Coliseo ni vas a inventar nada, está bien tenerlo en la galería, pero hay que intentar hacer cosas especiales, personales, ir donde los demás no van, salirte un poco de la norma.

– ¿Algún recuerdo con la cámara que te lleves para toda la vida?

– Puf... Me acuerdo de un montón de cosas. Mira, estaba haciendo una foto en Nepal y fue uno de esos momentos en los que me di cuenta de que yo tenía que vivir de esta manera, que era un instante trascendental. Estábamos en Pokhara, cerca del Annapurna, había una señora fregando la ropa en el lago, estaba anocheciendo y de repente empezaron a salir cientos de miles de luciérnagas mientras la música sonaba en el paseo del lago. Fue un momento muy especial, fue el momento en el que decidí que tenía que hacer todo esto por toda la experiencia que no se ve en la foto.

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